Enviado por Jurg Wilbrink, IFRC y Anna Lena Huhn, GRC
14 abr 2021

Las secuelas de las acciones humanitarias anticipatorias adoptadas ante la grave tormenta tropical "Chalane" en Mozambique: ¿valió la pena?

PARTE 1 (de 2) - La narración

Tres días antes de la llegada a tierra de la tormenta tropical Chalane, prevista para el 30 de diciembre de 2020, la Cruz Roja de Mozambique (CVM), junto con sus principales contrapartes gubernamentales, la Cruz Roja Alemana (CRG) y la FICR, decidió activar el Protocolo de Acción Temprana (PAE) para ciclones y poner en marcha la intervención de acción temprana prevista en el distrito de Buzi, provincia de Sofala. Aunque se preveía que la velocidad del viento al tocar tierra sería ligeramente inferior al punto de activación establecido en el EAP, las extensas consultas con el Instituto Nacional de Meteorología (INAM) y Météo-France llevaron a la conclusión de que "sí, debíamos hacerlo".

Este blog es una breve narración de lo que siguió como primera activación del EAP en la región de África. La segunda parte de este blog, "Los datos", se publicará en mayo.

 

¿Cuáles fueron los pasos críticos que condujeron a la activación?

La previsión estacional de ciclones emitida por el Centro Meteorológico Regional Especializado (CMR) de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en Météo-France, isla de La Reunión, había puesto en alerta a los actores mozambiqueños de la gestión del riesgo de catástrofes, ya que indicaba que al menos un sistema evolucionaba hacia un ciclón tropical que tocaría tierra en las costas mozambiqueñas durante la temporada de ciclones 2020-2021 del suroeste del océano Índico. El CVM estaba vigilando la actividad ciclónica de acuerdo con el "disparador" o umbral elegido para activar el protocolo: velocidades sostenidas del viento de 120 kilómetros por hora al tocar tierra, pronosticadas con un plazo de 72 horas antes del impacto.

En Mozambique, la elaboración de un protocolo de acción temprana (PAE ) en el marco del proyecto de financiación basada en las previsiones (FbF ) fue un proceso de uno a dos años, dirigido por el CVM en estrecha colaboración con la autoridad nacional de gestión de catástrofes (INGD) y el instituto nacional de meteorología (INAM) como socios principales, con el apoyo técnico del GRC. El protocolo aborda los impactos de ciclones analizados como los que históricamente han tenido la huella humanitaria más grave. Aprovechando el breve espacio de tiempo entre la emisión de las previsiones y el impacto real del ciclón, el MCV y sus socios llevan a cabo una serie de acciones tempranas. Esto incluye la distribución de kits de refugio, el refuerzo de casas vulnerables y edificios escolares, así como la distribución de pastillas potabilizadoras de agua y bidones.

El año previo a la temporada de ciclones 2020-2021 se vio afectado por Covid-19, que puso en suspenso muchas de las actividades anuales de preparación, como la capacitación de las filiales provinciales de la Cruz Roja y sus voluntarios en la ejecución de acciones tempranas, lo que obligó al MCV a realizar actividades de preparación operativa a corto plazo al inicio de la temporada, cuando terminó el estado de emergencia en Mozambique y se suavizaron las restricciones. Apenas unas semanas antes de la activación de Chalane, el MCV pudo llevar a cabo un ejercicio de simulación a gran escala, que reproducía un escenario completo de activación del EAP.

Covid-19 encargó al equipo de FbF que adaptara los procedimientos de actuación temprana a la nueva normalidad y garantizara que una activación pudiera llevarse a cabo de forma segura. Esto significaba preposicionar kits de protección Covid-19 para el personal y los voluntarios del MCV que participarían en una activación del PAE, así como para llegar a los 1500 hogares objetivo. También significaba comprender que ahora estábamos operando en un contexto de riesgo agravado, de mayor vulnerabilidad en consonancia con las repercusiones socioeconómicas directas y secundarias de la pandemia.

¿Cómo se desarrolló la activación del PAE?

En alerta desde la primera notificación de formación de la tormenta tropical Chalane el 21 de diciembre de 2020, el equipo central de FbF del CVM siguió la evolución del sistema en llamadas de coordinación diarias, interrumpiendo la temporada festiva anual y las vacaciones institucionales. El día en que se cumplía el plazo de 72 horas, el 27 de diciembre, todas las partes implicadas se enfrentaron a una difícil toma de decisiones conjunta. Las previsiones indicaban que Chalane tocaría tierra con una intensidad justo por debajo del umbral de activación definido (120 km/h), pronosticándose vientos máximos sostenidos de 117 km/h. El INAM advirtió de que las condiciones favorables en el Canal de Mozambique provocarían una rápida intensificación de Chalane durante los últimos días y las horas previas a la llegada a tierra, con una probabilidad de superar el umbral de activación en la realidad, algo que los modelos no estaban reflejando, como había sucedido anteriormente con ciclones anteriores.

Además, las diferentes fuentes de predicción habían empezado a prever unánimemente una trayectoria ciclónica con el impacto más grave alrededor de la ciudad de Beira, en la provincia de Sofala, una región que aún se estaba recuperando y reconstruyendo del devastador impacto del ciclón tropical Idai, que había azotado Mozambique en 2019. Para agravar los altos niveles de vulnerabilidad, la pandemia de Covid-19 y el impacto socioeconómico asociado habían creado un escenario de riesgo aún más complejo. Conjuntamente, se tomó la decisión de activarse y actuar... pronto.

El MCV envió dos equipos de anticipación a la zona que se espera que se vea afectada por Chalane. Uno de los equipos, en colaboración con la autoridad de gestión de desastres INGD, garantizó la coordinación y la participación de las autoridades del distrito y los líderes comunitarios y apoyó la activación de los voluntarios de la Cruz Roja a través de la delegación provincial del MCV. El otro equipo coordinó la logística en torno a la activación, centrándose en la movilización y carga de camiones, despachando las existencias preposicionadas al distrito de Buzi desde el almacén central de Caia y enviando los artículos en el accidentado viaje de 450 kilómetros hasta el punto de distribución.
Con el apoyo de 50 voluntarios de la Cruz Roja, el equipo de anticipación desplegado distribuyó kits de refugio y de agua, saneamiento e higiene, hizo demostraciones de la técnica de refuerzo de viviendas, del uso correcto de las pastillas potabilizadoras de agua y distribuyó mensajes de alerta temprana.

¿Cuál fue el impacto real observado?

Una primera evaluación del impacto realizada por el equipo de FbF desplegado tras el impacto de Chalane reveló que éste había sido menor de lo previsto, aunque las casas habían sufrido daños y las familias habían sido evacuadas a lugares seguros. El equipo desplegado apoyó a las comunidades en la reparación de las casas, así como en la construcción de refugios para las familias desplazadas por el impacto. Apenas unas semanas después de Chalane, el ciclón tropical Eloise tomó una trayectoria hacia Beira, poniendo a los mismos distritos en grave riesgo de impacto. Los 1500 hogares a los que se llegó durante la activación de Chalane fueron advertidos por voluntarios de la Cruz Roja sobre el evento que se aproximaba. Pudieron repetir las acciones tempranas y reforzar sus casas una vez más, así como tratar sus suministros de agua con purificación de agua antes y después del impacto de Eloise.

¿Qué hemos aprendido desde el punto de vista operativo?

Transcurridos unos meses, tras el proceso de evaluación posterior a la activación y los extensos debates en torno a las lecciones aprendidas, nos detenemos a reflexionar una vez más sobre esta primera activación del PAE en la región africana. La coordinación entre las distintas partes interesadas del FbF demostró ser uno de los principales puntos fuertes del sistema del FbF en Mozambique. La estrecha relación de trabajo y la brevedad de las líneas de comunicación y toma de decisiones resultaron clave para el éxito de la activación bajo presión de tiempo. Además, se percibió que el CVM desempeñaba un papel de liderazgo en el suministro de información precisa sobre el impacto previsto durante las reuniones de coordinación nacionales y provinciales previas al evento, lo que generó una gran confianza y visibilidad de la responsabilidad central del CVM como agente de anticipación en Mozambique.

También se pusieron de manifiesto varios puntos susceptibles de mejora para hacer posible un sistema de FbF más sólido en Mozambique. El PAE del ciclón requiere detalles operativos adicionales que describan claramente los procedimientos logísticos, financieros y administrativos asociados para permitir una actuación más rápida en el breve plazo disponible. Un proceso de desarrollo de un PAE puede ser un proceso complejo y analítico, en el que se construyen las pruebas científicas de la solidez de la metodología desencadenante y la teoría del cambio de las acciones tempranas seleccionadas, mientras que los detalles operativos pueden quedar a menudo en un segundo plano. En el caso de Mozambique, esto supuso un reto para la capacidad logística del MCV, con una cadena de suministro compleja desde el punto de vista operativo y unas acciones tempranas que requerían mucho tiempo en un plazo de 72 horas. A medida que el MCV se embarca en el proceso de revisión del EAP, será necesario reevaluar la interacción entre el plazo de entrega, la precisión de las previsiones de ciclones frente a la incertidumbre y las operaciones de acción temprana.

Esto refuerza la idea de que el PAM es un documento vivo, que se adapta en función de los conocimientos adquiridos y evoluciona junto con la capacidad de la sociedad nacional a lo largo de la vida del protocolo. Todas las partes interesadas en el FbF de Mozambique coinciden en que la activación de Chalane permitió a los actores implicados ver el FbF en plena acción, lo que produjo aprendizajes clave que alimentarán el proceso de revisión del EAP para construir un sistema de FbF más sólido para Mozambique.

¿Mereció la pena?

La decisión consensuada de activar el PAE para ciclones antes de Chalane se basó en la información prevista, así como en la opinión de los expertos en el plazo de 72 horas para la activación, que indicaba una alta probabilidad de que se superara la activación del ciclón durante las horas previas a la llegada a tierra. La decisión también se basó en un análisis conjunto del contexto que tuvo en cuenta los mayores niveles de vulnerabilidad en una nueva realidad de la pandemia de Covid-19, así como las vulnerabilidades agravadas en las comunidades que aún se encuentran en proceso de recuperación y reconstrucción tras el Idai 2019 y que se prevé que estén expuestas al impacto de Chalane. La activación de Chalane llegó a 1500 hogares con kits de refugio y agua, saneamiento e higiene, que permitieron a las familias amortiguar tanto el impacto de Chalane como el de Eloise, así como aumentar la concienciación sobre las medidas de preparación a corto plazo previas al impacto del ciclón. La activación puso a prueba la capacidad operativa de la constelación nacional de actores del FbF y demostró que la coordinación funciona eficazmente y se basa en sólidas relaciones de confianza. La activación también cristalizó los principales retos operativos de una operación completa de acción temprana hasta las necesidades más urgentes para la revisión de la metodología FbF para ciclones y ahora nos ayudará a madurarla. Así que, sí, creemos que valió la pena, creemos que fue un paso necesario en la evolución de FbF en Mozambique, en la generación de aprendizajes y en el trabajo continuo hacia el mejor ajuste de FbF para el contexto nacional específico y el riesgo de peligro para el que lo construimos.

En la segunda parte de este blog (que se publicará en mayo), titulada "Los datos", se expondrán los datos de la recopilación de datos posterior a la evaluación inicial.

 

Este blog ha sido escrito por Jurg Wilbrink, Asesor de RRD y FbF para África Meridional, FICR, y Anna Lena Huhn, Delegada Regional de FbF para África Meridional, GRC.

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