Perfil del país

Zimbabue es un país de renta baja y clima subtropical. La economía y los medios de subsistencia de la población están estrechamente ligados al sector agrícola, que representa el 67% del empleo total. Aproximadamente el 80% de la producción agrícola es de secano, y Zimbabue es uno de los países más dependientes del regadío del sur de África. En los últimos años, el país se ha enfrentado también a una crisis económica marcada por una elevada inflación, que se ha visto agravada por los efectos del COVID-19 en las exportaciones, el turismo y la industria manufacturera.

Zimbabue es especialmente propenso a la sequía, las inundaciones y los incendios forestales. De éstos, las inundaciones y las sequías, así como los ciclones, afectan negativamente a la seguridad alimentaria y aumentan la probabilidad de brotes de enfermedades y plagas. En un clima cambiante, se prevé que los regímenes de precipitaciones y las estaciones sean más variables y erráticos, lo que hará aún más vulnerable al sector agrícola, en gran parte de secano.

La sequía es el peligro más común, afecta al mayor número de personas y se da con mayor frecuencia en el sur y el oeste de Zimbabue. La sequía tiene graves consecuencias en términos de disponibilidad de agua para el sector agrícola, así como para el consumo doméstico y la generación de energía industrial. Como afecta a la producción agrícola, la sequía también contribuye a la seguridad alimentaria. Las pérdidas económicas y otros impactos de la sequía tienden a durar más y a ser mayores que los de otros peligros.

Las inundaciones son más frecuentes en las zonas bajas, sobre todo en el sur y el norte de Zimbabue. Las tormentas que provocan inundaciones, granizo o fuertes vientos también dañan las infraestructuras, las viviendas y los cultivos, y pueden causar la pérdida de vidas humanas y de ganado.

Zimbabue activó su Protocolo de Acción Temprana para la Sequía en septiembre de 2023.