3 ago 2022

Previsiones basadas en el impacto: pasar de lo que el tiempo será a lo que hará para una gestión más eficaz del riesgo de catástrofes

¿Qué es la previsión basada en el impacto?

En el contexto de la previsión meteorológica, la previsión basada en el impacto (PBI) refleja un cambio de la descripción y comunicación de lo que será el peligro a lo que el peligro podría hacer. Esto implica integrar datos sobre peligros potenciales con información sobre la exposición de las poblaciones, los bienes y las infraestructuras, y su vulnerabilidad a los fenómenos peligrosos.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han liderado la elaboración de directrices (las más recientes, Centro de la Cruz Roja sobre el Clima, 2020; OMM, 2021) para la aplicación de la gestión integrada de riesgos en una serie de niveles y aplicaciones, como sectores, usuarios o zonas específicos, que reflejan los diferentes tipos, propósitos y usos de la gestión integrada de riesgos para las distintas partes interesadas.

Obtención de información de los usuarios sobre los elementos operativos de la IbF

Numerosos grupos de investigación, política y práctica están desarrollando y poniendo a prueba una amplia gama de métodos y enfoques, lo que permite la cooperación y colaboración en múltiples campos, sectores y disciplinas. Con tantas partes interesadas, hay distintas percepciones y expectativas sobre el valor y la finalidad de la gestión integrada de crisis.

El programa Science for Humanitarian Emergencies and Resilience (Ciencia para la resiliencia y las emergencias humanitarias) ha explorado el concepto en varios proyectos de investigación interdisciplinarios (en particular, los proyectos FATHUM, ForPAc y LANDSLIP ) y, a través de su iniciativa Impact and Integration (Impacto e integración), ha llevado a cabo una investigación específica para responder a dos preguntas clave:

  • ¿Existe un entendimiento común de lo que es el IbF entre las personas que participan en su desarrollo?
  • ¿Existe una percepción compartida de los retos, obstáculos y oportunidades asociados a la aplicación operativa del IbF?

Los resultados de la investigación, que se exponen a continuación y pueden consultarse íntegramente aquí, pretenden reunir las opiniones de las distintas partes interesadas en la elaboración y utilización de previsiones basadas en el impacto para la toma de decisiones. El objetivo es identificar los retos y las oportunidades de aplicar la investigación sobre el IbF a la práctica operativa.

¿Qué significa el FIB para la gestión del riesgo de catástrofes?

La IbF permite una gestión más eficaz y eficiente del riesgo de catástrofes al proporcionar a las partes interesadas información práctica sobre dónde y cuándo es probable que se produzca una catástrofe, su gravedad y sus posibles efectos. Los gestores del riesgo de catástrofes y los responsables de la toma de decisiones en los sectores público y humanitario pueden entonces tomar decisiones informadas sobre qué recursos se necesitan, a qué escala y en qué lugar, lo que permite una respuesta temprana y anticipada en lugar de responder una vez que se ha producido la catástrofe. De este modo, se mitigan los efectos de una catástrofe determinada en las comunidades, se evita la erosión acumulativa de la resistencia de los hogares, las infraestructuras y los sectores de subsistencia ante catástrofes posteriores y, por tanto, se protegen los logros del desarrollo.

Además, favorece la rentabilidad de la gestión del riesgo de catástrofes, lo que reviste especial importancia en contextos de gran presión sobre unos recursos escasos. Por ejemplo, disponer del tiempo necesario para preposicionar mercancías utilizando el transporte por carretera es más barato que el transporte de emergencia de última hora por vía aérea. La eficiencia también se ve favorecida por el hecho de disponer de tiempo para actualizar y refrescar los procedimientos operativos estándar y los protocolos de actuación temprana, lo que garantiza que el personal esté familiarizado con estos protocolos y que los recursos puedan desplegarse adecuadamente.

El IbF también permite a los gestores del riesgo de catástrofes planificar respuestas que incluyan a los grupos vulnerables y marginados. Las personas afectadas por la injusticia social y económica, que aumentan su vulnerabilidad a los desastres, a menudo se pasan por alto en la respuesta de emergencia, ya que los gestores del riesgo de desastres no tienen tiempo para entender las necesidades específicas, y mucho menos para incorporarlas en las evacuaciones, distribuciones o acuerdos de refugios temporales. Con datos sobre dónde se sentirán los impactos, cuáles serán estos impactos y quiénes los experimentarán, los gestores del riesgo de catástrofes pueden garantizar que se tengan en cuenta las diferentes necesidades y se les dé cabida en la respuesta. Por ejemplo, si en una zona hay asentamientos informales, esto puede repercutir en el número de personas afectadas que tendrán documentos de identidad, que suelen ser necesarios para acceder a la ayuda, lo que indica la necesidad de desarrollar un proceso alternativo de registro y distribución.

¿Qué se necesita para el IbF?

Para que el IbF sea eficaz, necesita dos cosas fundamentales: datos y colaboración. En cuanto a los datos, el IbF representa un cambio importante en la previsión y requiere importantes aportaciones de datos en relación con el peligro, la exposición y la vulnerabilidad. Los datos sobre peligros incluirán una combinación de seguimiento y observaciones históricas sobre indicadores como precipitaciones, cubierta vegetal, humedad del suelo e impactos históricos; los datos sobre exposición incluirán mapas de la ubicación de los hogares, las infraestructuras y los sectores de subsistencia.

Los datos sobre vulnerabilidad pueden incluir los niveles de pobreza y alfabetización, la densidad de población, la renta familiar disponible y el acceso a los mercados, así como indicadores sociales sobre salud, nutrición, género e inclusión social. Estos datos son especialmente complejos por varias razones: en primer lugar, son muy dinámicos y cambian con el tiempo, además de estar muy influidos por los cambios en el contexto, como la planificación y el desarrollo del uso de la tierra o, más recientemente, el COVID-19. En segundo lugar, estos datos son difíciles de recopilar. En segundo lugar, estos datos son difíciles de recopilar de forma exhaustiva y coherente, y es posible mantenerlos actualizados; también es posible que diferentes tipos de datos sobre vulnerabilidad sean recopilados y mantenidos por diferentes actores, y puede ser difícil compartirlos o sintetizarlos. Por último, los datos sobre vulnerabilidad pueden ser difíciles de cuantificar, y si se confía en los datos cuantitativos se corre el riesgo de excluir a personas y vulnerabilidades que son menos visibles o mensurables.

En cuanto a la colaboración, el IbF implica la experiencia y los conocimientos de una serie de partes interesadas que trabajan a diferentes niveles, incluidos los organismos hidrometeorológicos y las organizaciones no gubernamentales que participan en la coordinación y la ejecución de la gestión del riesgo de catástrofes. La colaboración reúne los distintos tipos de competencias, conocimientos y recursos materiales necesarios para recopilar, analizar y gestionar los datos requeridos, desarrollar e interpretar la información de previsión pertinente y vincular estas previsiones a acciones tempranas eficaces.

¿Qué papel pueden desempeñar los gestores del riesgo de catástrofes?

Los gestores del riesgo de catástrofes desempeñan un papel clave en el desarrollo y la difusión de la IbF. Su conocimiento del riesgo al que se enfrentan las comunidades y de las distintas vulnerabilidades que afectan a los umbrales y las necesidades de riesgo son fundamentales para determinar qué información debe proporcionar el IbF (así como cuándo y cómo proporcionarla). Esto también está relacionado con el suministro de datos de exposición y vulnerabilidad para elaborar las previsiones, y con la garantía de que las comunidades en riesgo de catástrofe estén incluidas y representadas en el proceso.

Para que la IbF sea eficaz, los gestores del riesgo de catástrofes deben implicarse como participantes activos, dejando de limitarse a recibir información que no respalda suficientemente la toma de decisiones y la acción. Trabajar junto con otras partes interesadas clave para prever de forma significativa el impacto probable es un proceso complejo y difícil, que requiere tiempo, financiación y apoyo a la coordinación. Pero tiene importantes beneficios potenciales para una acción temprana eficaz que puede mitigar los impactos de las catástrofes en las comunidades.