Buenos vientos para las previsiones climáticas en Mozambique
Mozambique se ha enfrentado a una amplia gama de perturbaciones climáticas en los últimos años. Fue azotado por el ciclón Dineo en 2017, los ciclones Idai y Kenneth en 2019, el ciclón Eloise en 2021 y, más recientemente, la tormenta tropical Ana, la depresión tropical Dumako y el ciclón Gombe en 2022. Si nos remontamos a 2015/16, Mozambique se enfrentó a su peor sequía en años, que afectó hasta a 2,3 millones de personas. Las sequías cíclicas posteriores han agotado las reservas de agua en el sur del país, provocando una grave escasez de agua en las ciudades, incluida la capital, Maputo. Las reservas de agua del país sólo volvieron a su plena capacidad tras un intenso periodo de lluvias en febrero de 2021, que a su vez causó inundaciones localizadas.
En un contexto tan complejo, es crucial mejorar los sistemas de previsión en Mozambique, para anticiparse a las perturbaciones climáticas y preparar al gobierno y a las comunidades en consecuencia. Esto también ayudará a aumentar la resiliencia y a crear las condiciones necesarias para el desarrollo sostenible en Mozambique.
Estamos en un país con un clima complejo. El Niño provoca precipitaciones en el norte y por debajo de lo normal en el sur. ¿Cómo proporcionamos información en un país así? Es todo un reto.
Colaboración entre el PMA y el INAM
Aplicación de la Acción Anticipatoria en Mozambique
En 2018, el World Food Programme (WFP) en Mozambique introdujo un enfoque de fortalecimiento de la resiliencia. Esto va más allá de sus intervenciones humanitarias y de desarrollo y se centra en la gestión de los riesgos relacionados con el clima y el fortalecimiento de los esfuerzos para adaptarse a la crisis climática. Para ello, apoya a las comunidades más vulnerables y refuerza la capacidad de las instituciones nacionales para anticiparse y prepararse ante las catástrofes climáticas.
Como parte de este enfoque, el PMA se ha asociado con el gobierno mozambiqueño para mejorar su capacidad de implementar la Acción Anticipatoria. Esto ha incluido formación y asistencia técnica sobre la planificación de la acción anticipatoria, y sobre la integración de acciones basadas en previsiones en los sistemas nacionales para anticipar, mitigar y proteger a las personas de los impactos de las catástrofes relacionadas con el clima.
El PMA inició este proceso organizando una consulta con las partes interesadas nacionales pertinentes. En ella se determinó que el Instituto Nacional de Meteorología de Mozambique (INAM) necesitaba apoyo para los servicios de vigilancia y previsión de la sequía. Ese apoyo era crucial: "[El INAM] desempeña un papel fundamental en el sistema de alerta temprana del país", afirma Bernardino Nhantumbo, investigador del clima del INAM.
Trabajando en colaboración: PMA e INAM
Desde 2018, la unidad de evaluación y monitoreo de la investigación del PMA ha estado trabajando estrechamente con el INAM en proyectos para fortalecer los sistemas nacionales de predicción climática y monitoreo del clima de Mozambique. Inicialmente, las actividades se centraron en mejorar las capacidades de monitoreo estacional, en particular para la sequía. "Es una de las colaboraciones más fructíferas que hemos tenido, y las expectativas eran muy altas", recuerda Bernardino Nhantumbo. El trabajo incluyó
- digitalizar más de 40 años de datos meteorológicos del archivo físico del INAM
- instalar más pluviómetros y estaciones meteorológicas automáticas
- creación de un nuevo sistema de recogida y análisis de datos meteorológicos
- integración de nuevos indicadores meteorológicos y climáticos en la cartera del INAM
- creación de un sistema de seguimiento estacional
- apoyar la producción y difusión de boletines climáticos periódicos.
Esta fructífera asociación permitió tanto al PMA como al INAM ampliar su labor hacia la previsión estacional de la sequía. Esto, a su vez, ayudó a impulsar el programa de Acción Anticipatoria en el país mediante el suministro de información más completa y fiable. Gracias a ello, el INAM puede ofrecer ahora diversos productos y servicios a las partes interesadas.
"Empezamos con PICSA [servicios climáticos integrados participativos para la agricultura], una metodología desarrollada por la University of Reading, para ofrecer información climática a los agricultores locales", explica Bernardino. "Luego, el seguimiento de la sequía nos ayudó a crear un boletín climático mensual; ahora, estamos avanzando hacia la previsión de la sequía. Estamos aprendiendo y, por la información que recibimos de los interesados, vamos por buen camino".
El logro reciente más impresionante de esta colaboración es el Informe sobre el estado del clima en Mozambique. Publicado en marzo de 2022, fue el primer informe de este tipo del país utilizado como fuente fiable de información por la Organización Meteorológica Mundial.
Los fondos de la Unión Europea, las Operaciones de Protección Civil y Ayuda Humanitaria (ECHO) de la UE y la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (Norad) también han apoyado al PMA y al INAM para desarrollar una rutina de seguimiento de la sequía, con cobertura nacional y subnacional. El equipo del INAM incorporó enfoques innovadores que le permiten anticipar y detectar rápidamente las anomalías meteorológicas, y difundir esta información a su debido tiempo. Al proporcionar información más precisa al público y a otras instituciones nacionales, el INAM les ayuda a planificar y supervisar mejor los efectos previstos de las condiciones meteorológicas en sectores como la agricultura, la sanidad, el agua y la gestión del riesgo de catástrofes.
El reto de emitir previsiones durante COVID-19
El primer boletín de monitoreo estacional se emitió en diciembre de 2019, y el grupo de trabajo técnico para el sistema de alerta temprana de sequías celebró su primera reunión en febrero de 2020. Sin embargo, la pandemia COVID-19 pronto amenazó la estrecha colaboración que se había establecido. Para continuar durante las peores fases de la pandemia, el PMA y el INAM planificaron el apoyo a distancia, las sesiones de formación en línea y la asistencia en el puesto de trabajo cuando fuera necesario.
Algunos miembros del personal trabajaban desde casa, otros desde oficinas vacías, y la mayoría dependía de sus puntos de acceso a la red. "No estábamos acostumbrados al trabajo híbrido", admite Gabriela Nobre, especialista en riesgos climáticos del PMA. "La falta de interacción cara a cara ralentizaba el proceso. [La oficina del PMA en Mozambique] se esforzó por mantener las conversaciones, incluso con distanciamiento social."
Pero, como señala Gabriela, los retos también vienen acompañados de oportunidades. Las lecciones aprendidas muestran la importancia de que los socios establezcan una relación basada en la confianza y la comunicación continua para mantener motivados a los equipos. "Empezamos antes de la pandemia COVID-19 y existe un fuerte compromiso por ambas partes. Como resultado, la pandemia no nos ha impedido avanzar", afirma Bernardino Nhantumbo.
No estábamos acostumbrados al trabajo híbrido... La falta de interacción cara a cara ralentizó el proceso. [La oficina del PMA en Mozambique] se esforzó por mantener las conversaciones, incluso con distanciamiento social.
De cara al futuro
Dados los alentadores resultados obtenidos hasta ahora, el PMA tiene previsto seguir apoyando a las instituciones locales de Mozambique. De este modo, se reforzará la capacidad de diversos organismos gubernamentales para poner en funcionamiento y gestionar el sistema nacional de alerta temprana contra la sequía y se contribuirá a mejorar la respuesta a la sequía en el país. Por ejemplo, el diseño de alertas y activadores de la sequía permitirá poner en práctica una Acción Anticipatoria de la Sequía, que mitigará los efectos de esta catástrofe de evolución lenta antes de que sus repercusiones se dejen sentir en las comunidades y entornos más vulnerables.
Este blog ha sido escrito por Denise Colletta, responsable de comunicación, y Silvia Pieretto, responsable de políticas de programa - adaptación al cambio climático y resiliencia, de la oficina del PMA en Mozambique. Se basa en entrevistas con Bernardino Nhantumbo, investigador climático del INAM, y Gabriela Nobre, especialista en riesgos climáticos del PMA.