El clima cambia la vida en Centroamérica: voces de las comunidades
En su informe de 2018 sobre el calentamiento global, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas señaló los fenómenos hidrometeorológicos extremos como una de sus cinco principales preocupaciones: algo que hará muy difícil adaptarse eficazmente al cambio climático. Pero el cambio climático es algo más que estadísticas: se trata de familias y comunidades, de los millones de vidas que sufren directamente sus efectos.
Centroamérica es una de las regiones más expuestas a los fenómenos extremos. Sus efectos ya se dejan sentir en muchos países de la región, especialmente en los asentamientos del "corredor seco". En estos dos vídeos, habitantes de Nicaragua y Honduras explican cómo es vivir con el cambio climático.
Experiencias comunitarias en Nicaragua
La región de León sufre los efectos del cambio climático desde hace al menos dos décadas. Los largos periodos de sequía y las tormentas de lluvia destruyen las cosechas, y rara vez hay tiempo para la recuperación. En el último año, la situación se ha visto agravada por la pandemia de COVID-19 y una intensa temporada de ciclones que vio pasar dos huracanes devastadores a finales de 2020.
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José María Chévez ha sido voluntario en la filial de la Cruz Roja Nicaragüense en León durante más de 35 años, y recientemente fue nombrado presidente de la misma. Aquí nos cuenta cómo su comunidad se ha visto afectada por los efectos del cambio climático.
Haz clic en el vídeo para ver su historia.
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Experiencias comunitarias en Honduras
Los huracanes Eta e Iota, de categoría 4 y 5 respectivamente, tocaron tierra en Centroamérica en noviembre de 2020. En conjunto, afectaron a más de 7,5 millones de personas en la región. En Honduras, estos fenómenos extremos desencadenaron una crisis humanitaria, agravada por la pandemia de COVID-19, que afectó a muchas de las comunidades más vulnerables. Esto dejó cientos de muertos y millones de desplazados. También provocó grandes pérdidas económicas, con la destrucción de muchos hogares y cultivos.
Desgraciadamente, un año después, los efectos de la catástrofe no han terminado.
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Dunia Rodríguez, madre y líder comunitaria, es actualmente presidenta de la junta comunitaria de Cruz de Valencia, en Valle de Sula (Honduras). Nos cuenta cómo su familia se ha recuperado de alrededor del 80% de los impactos emocionales y físicos de Eta e Iota. En este vídeo puedes escuchar su historia.
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Las acciones anticipatorias a nivel local, regional y mundial son una estrategia clave para salvar vidas, adaptarse al cambio climático y hacer que las comunidades sean más resilientes a los efectos de los fenómenos extremos. Puede obtener más información sobre las actividades de anticipación que se están llevando a cabo en el programa de financiación basada en previsiones en Honduras (ver aquí) y Guatemala (ver aquí).